8 de diciembre de 2020 + Electricidad
Los fusibles han sido utilizados, en electricidad, como elementos de protección contra sobrecargas y cortocircuitos a cualquier nivel, desde bajos voltajes en AC y DC, hasta voltajes de distribución y de alta tensión (hasta 115 kV).
Los fusibles tienen la gran ventaja de ser altamente confiables (si se han seleccionado apropiadamente) y de ser muy económicos.
La fabricación de fusibles se basa en el hecho de que todos los metales se calientan con el paso de la corriente eléctrica, pero algunos tienen diferentes puntos de fusión, por lo que, originalmente, el plomo fue uno de los primeros materiales utilizados con esta finalidad.
Actualmente, la técnica de fabricación de fusibles se ha refinado y se emplea una variedad de materiales en una diversidad de formas y arreglos, procurando que todos sean muy homogéneos en su respuesta a las sobrecorrientes y cortocircuitos.
Los fabricantes manufacturan fusibles de diversos tipos y con diferentes características de protección, para lo cual se valen de la publicación de curvas normalizadas en las que se basan para que la coordinación de la protección pueda ser más precisa, tanto con elementos “aguas abajo” como con equipos que están “aguas arriba”.
En nuestro medio se acostumbra utilizar dos tipos de fusibles para usos generales: el fusible tipo “K”, un fusible rápido, y el fusible tipo “T”, un fusible lento.
El fusible tipo “Slow-Fast o SF” se utiliza para protección de transformadores inmersos en aceite, pues utilizan la curva de calentamiento de éstos como referencia y permiten que los transformadores puedan soportar ciertas sobrecargas momentáneas de magnitud inversamente proporcional a su duración, sin afectar notablemente la vida útil del equipo por envejecimiento térmico de su aislamiento; a un plazo mayor, las sobre-corrientes están limitadas a un valor mucho menor.
En términos muy generales, se puede decir que, cuando de fusibles se trate, se debe tomar en cuenta lo siguiente:
- Seleccionar un tipo apropiado de fusible para la aplicación específica, con una corriente nominal basándose en las curvas que publican los fabricantes y verificando que realmente va a proteger el equipo en cuestión, pero que tampoco va a ocasionar interrupciones molestas, fundiéndose cuando no es necesario;
- Utilizar el concepto de relación de rapidez que consiste en sacar la relación entre la corriente que haría fundir el fusible en 0.5 s contra la que lo haría fundir en 300 s.
Como referencia, los fusibles rápidos tipo “K” tienen una rapidez asociada de 6 a 8 y se trabaja con un valor promedio de 7, en tanto los fusibles lentos tipo “T” tienen una rapidez entre 10 y 13, y se usa un valor promedio de 12. Estos datos siempre se obtienen de las curvas proporcionadas por los fabricantes y son útiles para mejor coordinar la protección.
En CEICA somos distribuidores exclusivos de FUSSAND, fabricante basado en Colombia con amplia experiencia en el diseño, fabricación y pruebas de fusibles, los cuales exporta a más de 20 países con el respaldo de certificaciones internacionales.
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